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Esta semana es el regreso a clases aquí en Canadá. Cambiamos de la rutina de los últimos 2 meses de las vacaciones a la rutina del ciclo escolar. Tanto para los niños, como para los jóvenes como para los adultos, todo cambio de rutina implica cierta dosis de tensión, ya que nos exige adaptarnos a un nuevo orden. 

Es así que tenemos que decir que esa  tensión se puede traducir en mayor irritabilidad tanto de los padres como de los hijos. Es muy común que empezamos a hablar de ansiedad pues empezamos a sobrepensar en el futuro. Estamos por enfrentarnos a un nuevo año escolar, nuevos ciclos de actividades, nuevas tareas, nuevos retos, nuevas expectativas.

Son precisamente estas expectativas las que pueden llevar a desarrollar ansiedad. ¿Qué es lo que los padres esperan de sus hijos durante este curso escolar? ¿Que es lo que los muchachos y niños esperan de si mismos y de su ambiente en el colegio?

En el caso de los chicos, ellos se van a enfrentar de nuevo a exigencias de orden académico, social y conductual. Se estima que el 44% de los estudiantes padecen una ansiedad que va de media a severa antes del regreso a clases. Sin embargo no es común que los niños o jóvenes verbalicen estos sentimientos y entonces los van a expresar con acciones o comportamientos. Algunos de estos comportamientos donde los padres tendrán que mantener atención son cuando sus hijos están evitando responsabilidades que solían hacer; cuando tienen problemas para dormir; actúan enojados, o simplemente se sienten tristes o deprimidos; desarrollan alguna enfermedad o dolores (principalmente en el estómago); tienen dificultad para separarse de usted en otras situaciones.

Por su lado los adultos también van a enfrentar un stress relacionado con el regreso a clases. Uno que es muy claro y obvio es el stress económico proveniente de los gastos que implica este regreso a clases aunado con las posibles demandas que los hijos pueden tener con respecto a estos gastos. Por otro lado los adultos también pasarán de un estado más relajado del ritmo vacacional a un ritmo más agitado por cumplir con nuevos horarios relacionados con la escuela y actividades extracurriculares. Así mismo muchas veces las expectativas que los padres tienen sobre estas actividades extracurriculares pueden acarrear stress y ansiedad.

Aquí propongo algunas medidas en cómo enfrentar este stress del regreso a clases:

Para con los hijos es importante volver a establecer un patrón de sueño y comidas que se vio relajado durante el periodo vacacional. Si están atendiendo a una escuela nueva el acompañarlos los primeros días puede ayudar. Si están expresando signos de ansiedad, mencionado más arriba, es importante poder ayudarles a expresarlos y verbalizarlos.

Por parte de los padres es importante tener una planeación financiera y por otro lado crear y mantener una línea abierta de comunicación con los hijos donde ellos puedan expresar sus preocupaciones o tensiones.

Un nuevo ciclo escolar es un nuevo reto que deberá llevar a un crecimiento. Mientras más podamos disfrutar de este proceso, menos ansiedad y mayor provecho se harán presentes en el día a día. Si necesitan cualquier tipo de apoyo no dude en contactarme.

Pablo Muñoz